Para cualquier actividad con niños y niñas hay que disponer de amor, observación, escucha, adaptación, apertura absoluta a los imprevistos y a su secreta espontaneidad y ganas de divertirte. Sobre todo, lo último. Nadie está preparado para un grupo de locos bajitos, supongo que por eso aprendemos tanto con ellos. La aventura comienza con una pregunta: “Mamá, ¿de dónde viene mi nombre?”. La inspiración es particular, como en todas partes. Jack descubrió que su nombre fue inspirado por una película muy famosa. ¿Qué pensáis de Emérita Isabel? Sí, es un cebo. Y qué bien sienta. Esta es una pieza sonora experimental para disfrutar voces, paisajes sonoros naturales y minihistorias de madres y padres de la selva que eligen, por costumbre, dos nombres para cada uno de sus hijos. Las mamás y papás que me leen sabrán el camino que se recorre para decidir cómo llamar a un hijo. Cada persona, un mundo; como siempre.

Habitamos los territorios. Una población, habitando un territorio, puede sentirse amenazada desde diferentes ángulos. La tala ilegal o un derrame de petróleo son una de esas amenazas; pero una amenaza también es el aislamiento si se produce un accidente a más de cuatro horas en bote (de madera) del hospital más cercano o la imposibilidad de acceder a la universidad o a una formación superior porque la educación que recibes es deficiente o está desactualizada en comparación con la formación en la ciudad. Los habitantes de la comunidad 'Nuevo Saposoa' pertenecen al pueblo Shipibo-konibo, que se concentra mayoritariamente en las cuencas del río Ucayali. Sus tejidos y artesanías son conocidos a simple vista en todo el mundo y hablan una de las 47 lenguas originarias del Perú. Aman y respetan el río y el bosque porque les aporta alimento y medicinas, por eso lo cuidan como si fuera suyo para siempre y lo protegen con la certeza de que, de la tierra que habitan, el Amazonas, de alguna forma, depende el mundo entero. Esta comunidad ha logrado frenar la deforestación en su territorio en cinco años gracias a un programa de conservación del gobierno, pero denuncian la falta de acceso a los servicios básicos (agua y luz), así como una educación y sanidad deficiente, que ha causado muertos en un bote de camino a la ciudad tratando de llegar a tiempo a un hospital.

La idea de que pasear por la comunidad se haya convertido en uno de nuestros formatos es por la libertad, el margen creativo y los estímulos que te da caminar y recorrer un lugar mientras haces y te haces preguntas. Además de poder compartir esa experiencia colectiva. “Las mujeres de la selva son fuertes” es una frase que han recogido varias veces Anny, Liz, Sally, Kendra o Daniela cuando han salido a preguntar por Santa Clara, grabadora en mano, “¿cómo es la mujer de la selva?”. Se lo han preguntado a sus madres, tías, abuelas y vecinas. “Trabajadora” ha sido la palabra más repetida; hoy y siempre, necesaria. Aquí está “Paseos. Cómo es la mujer de la selva”, un podcast hecho por niñas y adolescentes de Santa Clara, una comunidad ribereña de la selva peruana.